SELECCIÓN DE ANTIBIÓTICOS

El objetivo del tratamiento de la infección es erradicar al microorganismo causante de las enfermedades. Si la identidad de los microorganismos infectante se come debe utilizarse un antibiótico de espectro reducido. La ubicación de la infección, si distribución y, en algunos casos, las características de área infectada, como su olor, podrían aprobar información valiosa relativa al agente infectado potencial. Si el agente causal se desconoce, deben tomarse muestras microbiológicas antes de iniciar la antibioticoterapia, debido a que durante el tratamiento suele ser difícil el aislamiento de microrganismos.

En la infecciones que ponen en riesgo la vida, el avente causal sueles desconocerse al inicio. Sin embargo, es importante comenzar un tratamiento efectivo en forma temprana, después de muestras microbiológicas para identificar al agente y determinar su sensibilidad especifica.

En infecciones no graves como las óticas, faríngeas y respiratorias menores, la toma de cultivos antes de iniciar del tratamiento no es práctico. La selección del antibiótico se basa en el conocimiento de los microrganismos que suelen causar tales infecciones.

RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS 


El uso y el abuso de los agentes antibacterianos han conducido a un aumento de las resistencias de los microorganismos. Ante este problema además de fomentar el uso racional por parte de los facultativos de estos agentes antimicrobianos, sólo cabe promover la búsqueda y producción de nuevos fármacos. Existen varios mecanismos de resistencia, que se describen a continuación.

Destrucción o inactivación del agente antimicrobiano.

La producción de enzima que destruyen o inactivan el antibiótico es un mecanismo muy frecuente por el cual las bacterias se muestran resistentes a una gran variedad de agentes antimicrobianos de muy diversa estructura. Existen muchos ejemplos de estas enzimas, como las β-lactamasas, las enzimas modificantes de aminoglucósidos y las cloranfenicol-acetiltransferasas.

Resistencia por disminución de la concentración intrabacteriana del antibiótico.

La bacteria produce mutaciones en la pared que impiden la entrada de determinados antibióticos (tetraciclinas, aminoglucósidos y fosfomicina, entre otros) o que alteran los sistemas de transporte o la salida del fármaco por expulsión activa (tetraciclinas, mecrólidos e incluso fluoroquinolonas). Estos mecanismos impiden que el fármaco se acumule en cantidad suficiente para que sea eficaz.

Desarrollo de un objetivo estructuralmente alterado para el fármaco.

Este tipo de resistencia se debe a alteraciones en determinadas enzimas o en la capacidad de fijación a los ribosomas. Las enzimas diana pueden ser alteradas de forma que el fármaco tenga menos afinidad para el agente bacteriano. Este es el caso de las modificaciones inducidas en las proteínas fijadoras de la membrana, que catalizan la síntesis de peptidoglucano y la diana específica de los β-lactámicos. Asimismo, la resistencia a las quinolonas se produce también como consecuencia de alteraciones en la diana por mutaciones en la ADN-girasa o en la topoisomerasa IV. La modificación en la diana ribosómica es un mecanismo de resistencia importante en determinadas familias de antimicrobianos como las tetraciclinas, los macrólidos, las lincosamidas y el cloranfenicol.

Desarrollo de vías metabólicas alternativas.

Algunas bacterias pueden desarrollar otras vías metabólicas alternativas utilizando factores de crecimiento distintas de los de las células no resistentes. Existen bacterias resistentes a la trimetoprima por una alteración de la enzima timidilato-sintetasa, porque pueden sintetizar timidina por vías alternativas. Todas estas modificaciones de los microorganismos resistentes se deben a cambios en el genotipo. Para ello pueden utilizar material genético propio o extraño, mediante la transmisión de caracteres hereditarios de una bacteria dadora a otra receptora.


RELACIONES FARMACOCINÉTICA/FARMACODINAMIA 

Un procero infeccioso puede resolverse espontáneamente o, por el contrario, requerir la administración de un agente antimicrobiano con actividad frente al agente responsable. Según la actividad y la duración del efecto bactericida de los antibióticos, éstos se clasifican en dos grupos:

  • Antibióticos dependientes de la concentración: son aquellos cuya eficacia se relaciona con las concentraciones séricas que producen un efecto persistente o prolongado. Cuanto mayor es el efecto bactericida. En este grupo se encuentran los aminoglucósidos y las quinolonas.
  • Antibióticos dependientes del tiempo: son aquellos cuya efacacia se relaciona con el tiempo en que sus concentraciones superan la concentración minima inhibitaria (CMI).
© 2017 Universidad Autonoma del Estado de Hidalgo.Equipo 1: Arlette, Karla Yareth, Oscar, Reyna de los Angeles, Jazmin, Narcizo.
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