Carbapenems
El imipenem y el meropenem pertenecen a este grupo. Ambos son estables a la acción de la β-lactamasa y se distribuyen en la mayoría de los tejidos. Sin embargo, son vulnerables a la degradación por enzimas ubicadas en lo túbulos renales. Para evitar esa degradación, se les agrega cilastatina, un inhibidor enzimático. De esta madera, también se logran concentraciones elevadas en las vías urinarias.
El imipenem y el meropenem tienen el espectro más amplio de todos los antibióticos β-lactamicos, y son efectivos contra organismos gramnegativos, grampositivos y anaeróbicos, a si contra Pseudomonas aeruginosa.
Sus efectos adversos semejan los que se presentan con otros antibióticos β-lactamicos, pero el meropenem no parece desencadenada convulsiones, en contraste con imipenem, que puede hacerlos. Una indicación importante de meropenem es la meningitis bastteriana, en caso de que no puede utilizarse otros fármacos. Presenta sensibilidad cruzada con las penicilinas. El imepenem se elimina a través de los riñones y se requiere reducir su dosis en pacientes con insuficiencia renal.
Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y staphylococcus epidermidis son resistente a los carbapenems. También se informa la existencia de desarrollo de resistencia a carbapenems en cepas de Pseudomonas aeruginosa. Para evitar mayor desarrollo de resistencia, los carbapenems deben reservar se para usos hospitalarios en infecciones graves por bacteria gramnegativas y anaerobias.